Asociación Corazones de Tejina
Tejina y sus Corazones
Tejina es un pueblo situado al Nordeste de la isla de Tenerife, con 6.400 habitantes aproximadamente, perteneciente al municipio de La Laguna y que junto con Valle de Guerra, Bajamar y Punta del Hidalgo constituye una pequeña comarca. Limita con el municipio de Tegueste, dándose la peculiaridad de que éste se encuentra circunscrito por el de La Laguna.
La principal actividad laboral del pueblo es la agricultura y la industria derivada de ella. Cuenta con dos colegios de Educación Primaria, un instituto, una cámara agraria, varias cooperativas agrícolas, un centro médico, un ambulatorio y cinco sucursales bancarias, así como una gran cantidad de empresas y comercios de distinta índole. Esto convierte a Tejina en el núcleo económico-empresarial de la zona, a pesar de los graves problemas de ordenación urbana, tráfico y otros servicios, en vías de posible solución.
Las Fiestas Patronales en honor a San Bartolomé se celebran en Tejina en torno al día 24 de agosto. El programa de actos festivos dura aproximadamente 15 días y es organizado por una Comisión de Fiestas que se forma cada año con carácter voluntario. En el programa tienen cabida todo tipo de números: culturales, deportivos, infantiles, artísticos, folclóricos, populares…, y los Corazones. Tanto las personas como las empresas radicadas en el pueblo participan y colaboran para mayor brillantez de los festejos ya que, quienes no forman la Comisión, organizan algún número, ayudan a engalanar la plaza, hacen aportaciones económicas…., y/o trabajan en los Corazones. También se solicita la colaboración de los pueblos vecinos, organizando pedidas en Bajamar, Punta Hidalgo, Tegueste, Valle Guerra y Tacoronte fundamentalmente (estas ayudas son recíprocas entre los pueblos de la Isla), así como de las instituciones: Ayuntamiento de La Laguna y Cabildo Insular de Tenerife.
El número de fiesta con mayor solera son los Corazones, hasta el punto de que a la Fiesta de San Bartolomé de Tejina también se la conoce como la Fiesta de los Corazones. Otros actos como la Cabalgata del Pregonero, el Homenaje a la Vejez, la Fiesta de Arte, las Carrozas, el Cinturón Ciclista, los Fuegos, el Haragán, etc., contribuyen a que esta Fiesta sea un punto de encuentro para la diversión y el esparcimiento de cuantos lo deseen.
Las ofrendas con flores, frutos y ramas son comunes en las fiestas patronales de los pueblos, no sólo de Tenerife y su provincia, sino en toda la geografía canaria: Fiesta de la Rama en Agaete, en Gran Canaria; el Arco en El Sauzal, en Tenerife; el Ramo de Taguluche, en La Gomera, etc. El sentido de todos ellos es el ofrecimiento al Patrón o Patrona de los beneficios obtenidos en la cosecha del año. Sin embargo, ninguna de estas manifestaciones populares - íntimamente relacionadas con el sentimiento religioso - resulta tan peculiar, expresiva y espectacular como los Corazones de Tejina.
Se trata de unas estructuras que conforman dos corazones (la corona grande y la corona chica), unidos por un eje central que se ata al palo. El armazón, de madera y hierro, está recubierto con rama de haya a modo de colchón al que se cosen frutas en todo el reborde o 'corte' y en el centro de ambas coronas, con forma de cruz. En los cuartos de cada corona se colocan las tortas, elaboradas artesanalmente en los días anteriores con una masa de harina y agua y posteriormente horneadas como el pan, que pueden representar distintas y variadas estampas (religiosas, agrícolas, costumbristas, folclóricas...). La elección y colocación de la fruta y las tortas resulta fundamental para darle forma al 'corte del corazón'. Este se recubre con una tela de bandera española en el borde, llamada 'cortina', para realzar más el conjunto. Están finalmente coronados por un bello ramo de flores cuyos colores y formas rematan una artística y estética composición llena de armonía. El ramo se elabora independientemente del resto, en una base de tela metálica con esponja , en la que se va ensartando todo tipo de flores. Se añade al Corazón en el último momento y se retoca una vez colocado.
Tradicionalmente los tres Corazones (El Pico, Calle Arriba y Calle Abajo), que representan a los núcleos poblacionales del pueblo, son transportados a hombros acompañados por sus respectivas parrandas desde sus barrios hasta la plaza de la iglesia, trayecto que va acompañado con el continuo sonar de los cohetes, conocidos como 'voladores'. Cada Corazón es cargado aproximadamente por 25 hombres, ya que su peso puede alcanzar los 800 kilos.
Encabezan la comitiva grupos improvisados de bailes tradicionales (isas) y niños que portan las banderas. Los recibe San Bartolomé en la puerta de la Iglesia Parroquial y se produce un emotivo acto conocido como la Ofrenda, que se representa desde 1984.
A continuación son colgados y adornados con banderas, 4 en la corona grande, 2 en la chica y una sobresaliendo del ramo. Así están expuestos desde el domingo, día principal de la fiesta, hasta el lunes por la tarde. Los Corazones son orientados hacia la calle, pretendiendo mostrar el orgullo de algo exclusivo con lealtad y deferencia. La colocación corresponde con la orientación geográfica de cada uno de los barrios, estando El Pico en la parte superior de la plaza de la Iglesia, la Calle de Abajo en la parte inferior, y la Calle de Arriba en medio. Mientras los Corazones están expuestos, los tejineros se acercan a los tres con la intención de alabar el suyo y criticar a los demás haciendo uso del lenguaje, en ocasiones picante, pero siempre divertido y estimulante. El descuelgue de la fruta y de las tortas - consiste en subir a una escalera apoyada en el Corazón e ir cortando los hilos con los que se habían cosido para tirarlas a la gran cantidad de personas que se reúnen para este acto - pone fin a esta singular y única expresión de fervor religioso y regocijo popular: el trabajo realizado por el pueblo se devuelve a sus habitantes. Cualquiera de los presentes podrá alardear de haber conseguido una pieza de fruta o una torta de los Corazones de Tejina.
La principal actividad laboral del pueblo es la agricultura y la industria derivada de ella. Cuenta con dos colegios de Educación Primaria, un instituto, una cámara agraria, varias cooperativas agrícolas, un centro médico, un ambulatorio y cinco sucursales bancarias, así como una gran cantidad de empresas y comercios de distinta índole. Esto convierte a Tejina en el núcleo económico-empresarial de la zona, a pesar de los graves problemas de ordenación urbana, tráfico y otros servicios, en vías de posible solución.
Las Fiestas Patronales en honor a San Bartolomé se celebran en Tejina en torno al día 24 de agosto. El programa de actos festivos dura aproximadamente 15 días y es organizado por una Comisión de Fiestas que se forma cada año con carácter voluntario. En el programa tienen cabida todo tipo de números: culturales, deportivos, infantiles, artísticos, folclóricos, populares…, y los Corazones. Tanto las personas como las empresas radicadas en el pueblo participan y colaboran para mayor brillantez de los festejos ya que, quienes no forman la Comisión, organizan algún número, ayudan a engalanar la plaza, hacen aportaciones económicas…., y/o trabajan en los Corazones. También se solicita la colaboración de los pueblos vecinos, organizando pedidas en Bajamar, Punta Hidalgo, Tegueste, Valle Guerra y Tacoronte fundamentalmente (estas ayudas son recíprocas entre los pueblos de la Isla), así como de las instituciones: Ayuntamiento de La Laguna y Cabildo Insular de Tenerife.
El número de fiesta con mayor solera son los Corazones, hasta el punto de que a la Fiesta de San Bartolomé de Tejina también se la conoce como la Fiesta de los Corazones. Otros actos como la Cabalgata del Pregonero, el Homenaje a la Vejez, la Fiesta de Arte, las Carrozas, el Cinturón Ciclista, los Fuegos, el Haragán, etc., contribuyen a que esta Fiesta sea un punto de encuentro para la diversión y el esparcimiento de cuantos lo deseen.
Las ofrendas con flores, frutos y ramas son comunes en las fiestas patronales de los pueblos, no sólo de Tenerife y su provincia, sino en toda la geografía canaria: Fiesta de la Rama en Agaete, en Gran Canaria; el Arco en El Sauzal, en Tenerife; el Ramo de Taguluche, en La Gomera, etc. El sentido de todos ellos es el ofrecimiento al Patrón o Patrona de los beneficios obtenidos en la cosecha del año. Sin embargo, ninguna de estas manifestaciones populares - íntimamente relacionadas con el sentimiento religioso - resulta tan peculiar, expresiva y espectacular como los Corazones de Tejina.
Se trata de unas estructuras que conforman dos corazones (la corona grande y la corona chica), unidos por un eje central que se ata al palo. El armazón, de madera y hierro, está recubierto con rama de haya a modo de colchón al que se cosen frutas en todo el reborde o 'corte' y en el centro de ambas coronas, con forma de cruz. En los cuartos de cada corona se colocan las tortas, elaboradas artesanalmente en los días anteriores con una masa de harina y agua y posteriormente horneadas como el pan, que pueden representar distintas y variadas estampas (religiosas, agrícolas, costumbristas, folclóricas...). La elección y colocación de la fruta y las tortas resulta fundamental para darle forma al 'corte del corazón'. Este se recubre con una tela de bandera española en el borde, llamada 'cortina', para realzar más el conjunto. Están finalmente coronados por un bello ramo de flores cuyos colores y formas rematan una artística y estética composición llena de armonía. El ramo se elabora independientemente del resto, en una base de tela metálica con esponja , en la que se va ensartando todo tipo de flores. Se añade al Corazón en el último momento y se retoca una vez colocado.
Tradicionalmente los tres Corazones (El Pico, Calle Arriba y Calle Abajo), que representan a los núcleos poblacionales del pueblo, son transportados a hombros acompañados por sus respectivas parrandas desde sus barrios hasta la plaza de la iglesia, trayecto que va acompañado con el continuo sonar de los cohetes, conocidos como 'voladores'. Cada Corazón es cargado aproximadamente por 25 hombres, ya que su peso puede alcanzar los 800 kilos.
Encabezan la comitiva grupos improvisados de bailes tradicionales (isas) y niños que portan las banderas. Los recibe San Bartolomé en la puerta de la Iglesia Parroquial y se produce un emotivo acto conocido como la Ofrenda, que se representa desde 1984.
A continuación son colgados y adornados con banderas, 4 en la corona grande, 2 en la chica y una sobresaliendo del ramo. Así están expuestos desde el domingo, día principal de la fiesta, hasta el lunes por la tarde. Los Corazones son orientados hacia la calle, pretendiendo mostrar el orgullo de algo exclusivo con lealtad y deferencia. La colocación corresponde con la orientación geográfica de cada uno de los barrios, estando El Pico en la parte superior de la plaza de la Iglesia, la Calle de Abajo en la parte inferior, y la Calle de Arriba en medio. Mientras los Corazones están expuestos, los tejineros se acercan a los tres con la intención de alabar el suyo y criticar a los demás haciendo uso del lenguaje, en ocasiones picante, pero siempre divertido y estimulante. El descuelgue de la fruta y de las tortas - consiste en subir a una escalera apoyada en el Corazón e ir cortando los hilos con los que se habían cosido para tirarlas a la gran cantidad de personas que se reúnen para este acto - pone fin a esta singular y única expresión de fervor religioso y regocijo popular: el trabajo realizado por el pueblo se devuelve a sus habitantes. Cualquiera de los presentes podrá alardear de haber conseguido una pieza de fruta o una torta de los Corazones de Tejina.
No puede concebirse la fiesta de Tejina separada del 'pique'. Desde que sale cada Corazón de su barrio hasta que son retirados de la plaza, ya sin fruta ni tortas, se manifiesta sobre todo cuando las parrandas de cada barrio cantan sus coplas alusivas al resto y se suelen improvisar contestaciones a las cantadas unos minutos antes. Este es el momento de mayor rivalidad, los partidarios de cada uno de ellos disfrutan con las letras de los cantares, mientras jalean a su parranda.
No hay establecidos premios que distingan a uno en particular, porque no se trata de competir, sino de plantar el Corazón cada año en la plaza intentando vivir la tradición y disfrutar de la seña de identidad del orgulloso pueblo tejinero. La tradición perdurará ya que en la octava los más jóvenes realizan el mismo ritual con los Corazones chicos, los cuales se ofrecen a la Patrona del pueblo, la Virgen de la Encarnación.
La capacidad organizativa de Tejina se puede apreciar también en el proceso de gestión de los Corazones. En cada barrio se forma una Comisión, independientes de la Comisión de Fiestas, que se encarga de pedir dinero por las casas del pueblo, buscar la fruta, las flores, financiar algún acto, como verbenas o pequeñas fiestas para los niños, etc.
La base antropológica para explicar las manifestaciones u ofrendas populares en forma de flores, frutos y rama constituye un hecho más que probado: en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México, hay un arco con las características mencionadas - además completando el adorno con panes - que hace de pórtico a un Cáliz. Posiblemente entronque directamente con nuestras tradiciones, pudiendo ser legados culturales de la colonización española, ya que expresiones de este tipo también se encuentran en el resto del territorio nacional. También los habitantes prehispánicos de Canarias utilizaban los arcos de palmas y flores para engalanar los lugares de celebraciones u homenajear a personas importantes, y sobre todo cuando realizaban su fiesta anual de la cosecha, llamada Beñesmén, que se celebraba en julio y agosto.
El testimonio de los mayores del pueblo permite comprobar que recuerdan haber oído decir a sus padres que los Corazones fueron inicialmente palos o arcos enramados. Los testimonios más remotos apuntan a un primer armazón rudimentario cuya base estaba hecha de troncos de árboles ('palos del monte') a los que se colocaban transversalmente guías que ayudaban a darle el corte al Corazón. Con el tiempo fueron evolucionando hasta la forma actual.
La idiosincrasia de una comunidad dotada con determinadas prebendas económicas y culturales, unido a la natural e incansable creatividad del tejinero y su profundo sentir religioso, está sin duda en el origen de una singular expresión artística que con forma de corazón pretende proyectar el paisaje, la luz, el color y el sentimiento hacia el deseo de inmortalizarse en la memoria de los hombres, y prolongar de esta manera su existencia.
El Cabildo Insular de Tenerife ha iniciado el expediente para la declaración de la Fiesta de los Corazones de Tejina como Bien de Interés Cultural (B.I.C.), a propuesta de la Asociación de Vecinos de Tejina .En la Ley de Patrimonio Histórico se establece que “forman parte del patrimonio histórico los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura y tradición de un pueblo”. Además especifica que “tienen valor etnográfico, y gozarán por tanto de la protección administrativa, aquellos conocimientos o actividades que procedan de modelos o técnicas tradicionales utilizados por determinada comunidad”.
La cohesión que demuestra Tejina cada agosto es la que ha permitido que su fiesta sea una de las más sólidamente arraigadas de la Isla y de toda Canarias . Unas fiestas vivas, nacidas de un pueblo que se reconoce en ellas y que está dispuesto a mantener la tradición. La razón por la que los Corazones de Tejina no sean una de tantas costumbres perdidas en nuestra tierra es sencilla: quienes los hacen cada año ven en ellos la identidad de su pueblo. Esto hace que sean omnipresentes en el pueblo durante todo el año.
Así, las sociedades culturales y deportivas llevan un Corazón en sus emblemas identificativos, la Asociación de Vecinos se llama Las Tres Calles en honor a los tres barrios, en la parte más alta y central del Altar Mayor de la Iglesia Parroquial luce un Corazón. Cada uno de los tres Corazones ha construido, o está trabajando en ello, una sede social.
Desde Tejina invitamos a quienes quieran conocer nuestra Fiesta de los Corazones, el legado que agradecemos a nuestros mayores y que deberemos transmitir a las futuras generaciones.
No hay establecidos premios que distingan a uno en particular, porque no se trata de competir, sino de plantar el Corazón cada año en la plaza intentando vivir la tradición y disfrutar de la seña de identidad del orgulloso pueblo tejinero. La tradición perdurará ya que en la octava los más jóvenes realizan el mismo ritual con los Corazones chicos, los cuales se ofrecen a la Patrona del pueblo, la Virgen de la Encarnación.
La capacidad organizativa de Tejina se puede apreciar también en el proceso de gestión de los Corazones. En cada barrio se forma una Comisión, independientes de la Comisión de Fiestas, que se encarga de pedir dinero por las casas del pueblo, buscar la fruta, las flores, financiar algún acto, como verbenas o pequeñas fiestas para los niños, etc.
La base antropológica para explicar las manifestaciones u ofrendas populares en forma de flores, frutos y rama constituye un hecho más que probado: en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México, hay un arco con las características mencionadas - además completando el adorno con panes - que hace de pórtico a un Cáliz. Posiblemente entronque directamente con nuestras tradiciones, pudiendo ser legados culturales de la colonización española, ya que expresiones de este tipo también se encuentran en el resto del territorio nacional. También los habitantes prehispánicos de Canarias utilizaban los arcos de palmas y flores para engalanar los lugares de celebraciones u homenajear a personas importantes, y sobre todo cuando realizaban su fiesta anual de la cosecha, llamada Beñesmén, que se celebraba en julio y agosto.
El testimonio de los mayores del pueblo permite comprobar que recuerdan haber oído decir a sus padres que los Corazones fueron inicialmente palos o arcos enramados. Los testimonios más remotos apuntan a un primer armazón rudimentario cuya base estaba hecha de troncos de árboles ('palos del monte') a los que se colocaban transversalmente guías que ayudaban a darle el corte al Corazón. Con el tiempo fueron evolucionando hasta la forma actual.
La idiosincrasia de una comunidad dotada con determinadas prebendas económicas y culturales, unido a la natural e incansable creatividad del tejinero y su profundo sentir religioso, está sin duda en el origen de una singular expresión artística que con forma de corazón pretende proyectar el paisaje, la luz, el color y el sentimiento hacia el deseo de inmortalizarse en la memoria de los hombres, y prolongar de esta manera su existencia.
El Cabildo Insular de Tenerife ha iniciado el expediente para la declaración de la Fiesta de los Corazones de Tejina como Bien de Interés Cultural (B.I.C.), a propuesta de la Asociación de Vecinos de Tejina .En la Ley de Patrimonio Histórico se establece que “forman parte del patrimonio histórico los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura y tradición de un pueblo”. Además especifica que “tienen valor etnográfico, y gozarán por tanto de la protección administrativa, aquellos conocimientos o actividades que procedan de modelos o técnicas tradicionales utilizados por determinada comunidad”.
La cohesión que demuestra Tejina cada agosto es la que ha permitido que su fiesta sea una de las más sólidamente arraigadas de la Isla y de toda Canarias . Unas fiestas vivas, nacidas de un pueblo que se reconoce en ellas y que está dispuesto a mantener la tradición. La razón por la que los Corazones de Tejina no sean una de tantas costumbres perdidas en nuestra tierra es sencilla: quienes los hacen cada año ven en ellos la identidad de su pueblo. Esto hace que sean omnipresentes en el pueblo durante todo el año.
Así, las sociedades culturales y deportivas llevan un Corazón en sus emblemas identificativos, la Asociación de Vecinos se llama Las Tres Calles en honor a los tres barrios, en la parte más alta y central del Altar Mayor de la Iglesia Parroquial luce un Corazón. Cada uno de los tres Corazones ha construido, o está trabajando en ello, una sede social.
Desde Tejina invitamos a quienes quieran conocer nuestra Fiesta de los Corazones, el legado que agradecemos a nuestros mayores y que deberemos transmitir a las futuras generaciones.