Corazones de Tejina

Cómo son y cómo se hacen

Los Corazones de Tejina es un ejemplo de Fiesta que mezcla la tradición popular con el fervor religioso. Se celebran en torno al 24 de agosto, onomástica de San Bartolomé patrón de Tejina.

Han sido declarados Bien de Interés Cultural (BOC, 29 de mayo de 2003). También han sido reconocidos como Premio Internacional CICOP 2004 Especial Canarias en la modalidad de Conservación y Restauración del Patrimonio Intangible por su contribución universal en el mantenimiento del legado cultural de los pueblos, constituyendo una aportación de carácter excepcional para la cultura regional, nacional e internacional, así  como Distinguidos del Centro de Iniciativas y Turismo del Nordeste de Tenerife del año 2005, por su labor en la promoción y difusión turística de la localidad de Tejina.

Se trata de unas estructuras con forma de corazón, que miden unos 12 metros de largo y pesan aproximadamente 1000 kg, confeccionadas artesanalmente cada año con flores, frutos y rama y que representan a los primitivos tres núcleos poblacionales de Tejina. Como puede observarse en la esta web, la creatividad y armonía en su composición es uno de los elementos esenciales en el mantenimiento de esta tradición.

Si bien la combinación de flores, frutos y ramas pueden ser comunes en las celebraciones festivas de pueblos de Canarias, y de otras partes del mundo, ninguno alcanza la espectacular originalidad de los Corazones de Tejina. Como original también puede entenderse las diferentes actividades que los Corazones generan en su derredor. Uno de los ejemplos más singulares es el Concurso de Poemas y Coplas que en 2008 celebró la vigésimosegunda edición y al que concurren trabajos cuyos autores proceden de diferentes localidades canarias, españolas y latinoamericanas; también merece destacarse el Concurso de Cuentos, Narraciones, Dibujo y Cómic, con mucha menor antigüedad, que pretende estimular la actividad creativa en niños y jóvenes menores de edad. Los trabajos ganadores de los Concursos mencionados, no todos, están disponibles en esta web.

En las siguientes páginas se presenta una explicación pormenorizada de cómo se hacen los Corazones de Tejina y algunos de los testimonios y sentimientos expresados por personas vinculadas a ellos, recogidos por María José Ruiz y Guadalberto Hernández en “Fiesta de San Bartolomé de Tejina (2ª edición) (ISBN 84-88919-63-8).

La pedida.

Un mes antes de la Fiesta, las Comisiones de cada barrio comienzan su trabajo organizando cuadrillas de “pedicheros” que recorren todos los rincones del pueblo sin dejar uno (“porque si no vas, se molestan”), solicitando ayuda económica de los vecinos para hacer el Corazón, sin interferir en la pedida de la Comisión de Fiestas. Se sale durante los fines de semana, y las tres Comisiones se ponen de acuerdo para no coincidir en  el mismo barrio, de manera que cada una empieza pidiendo en los ajenos y termina en el suyo.

Del dinero recaudado, aproximadamente la mitad se emplea en gastos propiamente del Corazón, siendo el apartado más oneroso la compra de flores para el ramo. Lo sobrante se emplea en otros actos organizados en cada Calle (verbenas, cohetes, brindis etc.…), aunque lo habitual es que se programen actividades complementarias, como venta de camisetas, gorras, llaveros…, para cubrir todos los gastos derivados de ellos.

Las tortas.

El trabajo con que se empieza la confección del Corazón es la fabricación de las tortas. Consisten en unas formas circulares cuya función dentro del conjunto es puramente estética, constituyendo uno de los elementos más apreciados y valorados de los tres Corazones. Tienen aproximadamente 30 centímetros de diámetro y están elaboradas con  una masa de harina y agua.

El proceso es el siguiente: primero se preparan las herramientas y materiales necesarios: botellas cilíndricas para estirar la masa hasta dejarla lisa y con el grosor adecuado; palillos para picarlas y evitar así que se estallen durante la cocción; tijeras y cuchillos para realizar los adornos de los bordes y recortar pequeños trozos de masa (que serán utilizadas en el moldeado de las figuras); motivos que se usarán en la decoración final (cintas de colores, cordoncillos, botones, alfileres… y cualquier cosa que precise el artesano) y preparación de la harina . A continuación se hace el amasijo, cuidando de dar bastante “puño”, para posteriormente cortar los “platos” (la base de la torta) utilizando un disco de madera como medida. A partir de este momento comienza el trabajo más meticuloso y delicado.

Cada persona que haga una torta tendrá su “idea” en la cabeza o bien un boceto sobre el motivo que piensa plasmar, su plato, un recipiente con agua -que sirve para unir los trozos de masa al plato, a modo de pegamento- y los utensilios que necesite. Los relieves y oquedades se consiguen ayudándose con pedazos de cartón o cartulina. Una vez terminadas se efectúan cuatro perforaciones, a través de las cuales pasará el hilo que las fijará a la estructura del Corazón. Cada uno de ellos lleva dieciséis tortas, aunque se elaboran muchas más para poder elegir o prevenir posibles deterioros. Antiguamente se podían colocar hasta dieciocho. La confección de las tortas se lleva a cabo una semana antes de la elaboración del Corazón y el horneado se realiza al final de cada jornada, cuidando de que la temperatura del horno sea la ideal y que no se requemen,  poniendo un papel por encima antes de meterlas en él. Se tiene la precaución, además, de que el color sea “parejo” en todas ellas.

Las tortas representan distintas y variadas estampas: religiosas, costumbristas, agrícolas, folclóricas, vegetales, animales…

La rama y el corte

El viernes al amanecer,  víspera de los días grandes de la Fiesta, suben las Comisiones a un lugar del monte con el preceptivo permiso, que debe ser concedido por el Ayuntamiento y el Cabildo Insular, pertrechados con machetes y otros enseres necesarios para cortar la rama de haya que tradicionalmente se le ha puesto al Corazón desde que se recuerda. A lo largo de las veredas se van dejando las brazadas que luego se recogerán para transportarlas en camiones hasta el pueblo. En los últimos años, es tanta la prisa que se tiene en llegar al corazón, (como se llama al lugar donde se esté haciendo, sea cual sea el barrio) que la comida con que “se brinda” a los que han cortado la rama se hace ya en Tejina, y no en el monte o durante el trayecto como hace unos años.

Apenas despunte el sol,
una mañana de agosto,
al monte iré presuroso
a por la rama y la flor;
¡De júbilo y corazón
quiero embriagar yo mis ojos...!

Una vez la rama en el corazón, se desgaja en fragmentos más pequeños. En Tejina se cortan cañas no muy gruesas en cualquier cañaveral de los alrededores que se utilizarán para hacer “los ramos”. Las cañas se revisten con la rama de haya previamente desgajada, pero conservando parte de la leña, al tiempo que se van uniendo a ésta con una cuerda muy fina.

Cuando están terminados los ramos, se van colocando encima del armazón del Corazón, y uniéndose unos con otros con el mismo tipo de cuerda mencionada anteriormente. Algún barrio cose o ha cosido los ramos perpendicularmente al vértice inferior de ambas coronas, mientras que otro puede hacerlo en diagonal.

La operación del corte consiste en eliminar con un serrucho los trozos de ramos que sobresalen de la estructura del corazón, el cual se mantiene en posición horizontal elevado sobre soportes que lo dejan a una altura cómoda para el trabajo. Estando finalmente cubierto todo el armazón con los ramos, se hacen los últimos retoques para conseguir la máxima simetría posible en el conjunto. Además, se mejora el corte con un reborde hecho de igual forma que los ramos, pero de menos grosor y por lo tanto más flexible que se coloca en la orilla del Corazón.

La fruta

Desde el año 1961, en el que ya era posible acceder a frutas de importación, se comenzó a poner un sólo tipo de fruta en las coronas, principalmente peras y limones. Cada Corazón ha evolucionado hasta adoptar la costumbre de identificarse con una fruta en los últimos años. Así, la Calle Abajo pone limones y la Calle Arriba piña tropical, mientras que el Pico mantiene una postura más abierta, ya que siendo la pera su fruta habitual, puede cambiar alguna vez.  La cruz  se hace con manzanas (rojas o amarillas) o granadas, que son más difíciles de conseguir ya que sus árboles escasean. Los racimos de uvas son cedidos o comprados, utilizándose blancas y negras; se colocan dos o cuatro en la corona chica, y seis u ocho en la corona grande. El número de racimos ha disminuido como consecuencia del mayor tamaño de la fruta de las coronas y la consiguiente reducción de espacio. Como remate se intercalan entre las tortas y las uvas algún membrillo, granada, mango u otra fruta de buen tamaño y color.

Ven compañero a escoger
la fruta más exquisita,
forjemos tortas divinas,
que nadie pueda oponer...
¡Ayúdame a enaltecer
mi corazón de Tejina!

La fruta es meticulosamente seleccionada por las personas que van a coserla al corazón, siendo los criterios el  tamaño, el color y la forma. Una vez escogida, se comienza a enhebrar utilizando para ello unas agujas de aproximadamente 25 centímetros que puedan atravesar el ancho de los ramos e hilo “acarreto”.

Antiguamente se enhebraba con un sólo hilo, pero hoy se utilizan dos  al ser la fruta mayor y necesitar  una mejor sujeción al Corazón. Antiguamente se usaba hilos de aneas trenzados para enhebrar la fruta. Para fijarla al Corazón, se “cose” con las agujas siguiendo este procedimiento: una persona se coloca en el suelo, debajo del Corazón y otra en la parte superior donde se colocará definitivamente la fruta. La aguja perfora la rama de haya desde arriba hacia abajo y luego a la inversa, dando puntadas  para coser las hebras a la estructura. El mismo proceso se utiliza para colocar las tortas en el Corazón, después de la fruta.

Para dar mayor realce a la fruta, para corregir diferencias de tamaño o imperfecciones de la misma, o bien para cubrir algún hilo se dan pequeños retoques con restos de rama, que actúan como cuñas. Las uvas se colocan al final, por ser la fruta más delicada.

Acabado el cuerpo del Corazón, se añade en todo el borde exterior lo que se denomina la cortina. Esta es una tira larga de bandera española que se cose en la orilla del corte para embellecer y dar colorido al conjunto final.

El ramo

Quiero ver amanecer
al son de unas folías;
Del corazón, su armonía,
que se moldea al nacer...
...Quiero esa flor, que Tejina,
alberga en cada mujer.

La evolución de la tradición de los Corazones tiene uno de sus máximos exponentes en el ramo. Con el paso del tiempo ha cambiado mucho, sobre todo en las dos últimas décadas. En el año 1980, todavía se hacía como antaño: amarrándolo al conjunto con sogas y verga. Más adelante, con el impulso de la floricultura en Tejina y la comarca, se mejoró ostensiblemente, tanto en diseño como en flores empleadas y perfeccionamiento de la forma y mantenimiento durante los dos días que permanece expuesto el Corazón en la plaza (consiste en emplear un soporte cuya parte trasera es una rejilla de madera a la que se añade una especie de cesta de tela metálica y se rellena con esponjas, que contienen agua y evitan el deterioro de las flores).

El tamaño ha aumentado de forma espectacular, llegando a medir en la actualidad entre dos metros de altura y uno y medio de ancho. Las flores empleadas no tienen límite, anturios, gladiolos, claveles, strelitzias, liliums, tuberosas, heliconias, gerveras, limonios, iris…sin que puedan faltar los helechos y las lluvias “bastas”. El ramo se confecciona en la noche del sábado hasta la madrugada del domingo, en un local o casa particular y se traslada el domingo por la mañana, antes de salir hacia la plaza. El armazón se adosa al resto de la estructura del Corazón ultimando el adorno con un gran lazo.

Afortunadamente, ya no es una tarea exclusivamente femenina, sino delegada en personas con gusto, formación e imaginación, que piden opinión y aceptan consejos de otras experimentadas en esos menesteres.

Las Banderas

En la actualidad al corazón lleva siete banderas colocadas de la siguiente manera: cuatro en la corona grande, dos en la chica y una en lo alto, sobresaliendo del ramo. Habitualmente son banderas españolas, aunque se han introducido algunas modificaciones, como incorporar la bandera de Canarias (El Corazón de la Calle Arriba en 2000 la colocó encima del ramo y el Corazón de El Pico la ha colocado en los laterales); también se ha serigrafiado el rostro de San Bartolomé en las de la Calle Arriba. Según testimonio de personas, aseguran haber visto el Corazón adornado con la bandera republicana.

Son portadas por niños desde el barrio hasta la plaza, sin conocerse cuál es el motivo. Puede suponerse que las ganas de los niños por participar en la fiesta, así como la intención de las personas mayores por crear entusiasmo por la tradición, sean el origen de esta antigua costumbre.

El traslado y la parranda

Sale cada Corazón de su barrio, con destino a la plaza de la Iglesia. El silencio que acompaña al instante en que se levanta el Corazón del lugar en que ha estado colocado a lo largo de muchas horas,  tiene un sentido casi religioso: “quizás sea el último que vea”, “está precioso”, “qué maravilla… ¡y qué bien huele!”… Otros no articulan palabra, pero tienen los ojos húmedos. El ritual se ha cumplido una vez más y todos los presentes tienen un recuerdo para algún ser querido.

Mientras, en los alrededores se están organizando las parrandas; se afinan los instrumentos y se entonan isas y folías. Ya se escuchan cerca los voladores que lanzan los tres barrios, las palmas y el jolgorio que los acompañan.

El Corazón de la Calle Abajo es el primero en salir, y lo hace dando un paseo desde su barrio hasta el Ramal, rodeándolo para volver a la plaza de la Iglesia. A continuación baja El Pico, y seguidamente la Calle Arriba, todos acompañados de sus parrandas y lanzando “voladores”.

Ya vienen por esa calle
tres corazones que vibran;
de El Pico, lanzando “Vivas…”
de Abajo, cuántos cantares;
de Arriba, todos replican,
que como ellos no hay nadie.

La Ofrenda

Un acto relativamente nuevo en las Fiestas (desde 1984), pero fuertemente arraigado en el sentir popular es la ceremonia de la Ofrenda. Cuando los tres Corazones han llegado a la plaza, se colocan en abanico en torno a la escalinata de entrada al Templo para ser ofrecidos al Santo Patrón, que sale a la puerta del mismo a recibirlos. El pueblo lo recibe con vítores, los Corazones se alzan en señal de saludo y permanecen así durante la oración (escrita por Salvador González en 1981) que se reproduce a continuación.

Venerable Apóstol San Bartolomé, Patrono nuestro:

He aquí a tu grey de Tejina, rendida a tus pies, para hacerte ofrecimiento de su humilde corazón en prueba de su veneración y de su amor. En él se encierra, cual arca maciza y argentada, la oración de todo un pueblo que impetra a través de ti , al Altísimo, gracias y bendiciones; oración que se hace patente y hermosa en estos Corazones de  nuestros barrios, que apuntan al cielo en éste tu día grande, para estar más cerca de ti.

Con esta ofrenda, venerable Apóstol, hacemos fiel cumplimiento del deseo de nuestros mayores. Un ignoto y lejano día en el tiempo, después de la dura labor que imperaba entonces en estas tierras yermas y estériles para obtener el pan de cada día, quisieron darte gracias con este bello símbolo, hecho de pan y de fruta, ya que nunca les negaste su sustento. Supieron plasmar con magistral pincelada y acierto, mediante él, hechos sobresalientes de tu vida. No podía faltar en este Corazón el fruto del árbol agradecido, porque bajo uno de ellos el Señor te conociera; no podía faltar el pan de la dorada mies, porque mediante él tú te fundiste en Cristo en la noche de la última Cena. ¿Y cómo, con tan bella y elocuente ofrenda,  podía negarte Dios lo que tus hijos pedían, a ti, que fuiste el primero entre los doce en reconocerle el Cristo, el Hijo de Dios vivo?

También nosotros hoy, te damos gracias porque tan preciada herencia no haya caído en el olvido, e imploramos con vehemencia que nunca jamás esta ofrenda-corazón sea borrada del marco de las fiestas en tu homenaje, ya que son y serán la savia vivificante que las alimente. Estos corazones que se levantan en tu honor a la vez que oración, son el orgullo de un pueblo que plasma su trabajo en tan bello símbolo. Y son asimismo una preciada y singular reliquia que atesora el variopinto deshojar festero  de nuestras Islas Canarias.

Que hoy, como antaño, como ayer y por siempre, sean estos corazones la firme espadaña de alegres campanas, que convoquen a la oración y al esparcimiento en tu honor. Oración que suba hasta el Cielo en súplica para que a estos tus hijos de Tejina, jamás les falte el trabajo, la alegría y el amor.

Es en este momento cuando se renuevan con mayor fuerza los vivas a San Bartolomé y a los tres Corazones y termina la ceremonia de la Ofrenda, dirigiéndose cada uno a su lugar para ser colgados. Puede definirse esta operación como una maniobra en la que se necesita muchísima fuerza y a la vez suma delicadeza. Cada Corazón enhebra una cuerda previamente sujeta a él hacia el palo, pasando ésta por el carretel o polea y sale por la parte posterior del mismo. Mientras que un grupo de personas (normalmente los que han cargado el Corazón participan también en este trabajo) tiran de la soga por detrás y otros lo separan con horquetas para que no roce con el palo, por delante van orientándolo hacia la que será su posición definitiva y una vez arriba se procede al amarrado en la base del palo.

Los Corazones son orientados hacia la calle mostrando el orgullo de su exclusividad con lealtad y deferencia. 

Descuelgue

El lunes por la tarde, se efectúa un sorteo para decidir en qué orden se descuelgan los Corazones. A continuación, la Comisión del primero coloca una escalera apoyada en el Corazón, a la que suben uno o dos miembros de la misma y con cuchillos van cortando los hilos con los que se cosió la fruta. Cada pieza es lanzada al gentío que abarrota la plaza para ver el descuelgue, o para participar en él (particularmente hombres jóvenes), empezando habitualmente por el extremo inferior de la corona grande. Cuando llega el momento de las tortas se lanza una tablilla de madera y es cuando se produce la mayor disputa: todos pretenden llevarse una torta a su casa, es como un trofeo. Suelen ocurrir pequeños accidentes: revolcones, una pera en un ojo, empujones, un puesto de feriantes que se bambolea …, pero lo que no se permite de ninguna manera es que la fruta que ya ha caído al suelo se recoja para volverla a tirar. Algunos forasteros que participan en la fiesta no se informan debidadmente antes de hacerlo, y esto puede originar discusiones que no llegan a más, principalmente porque la gente lo que quiere es divertirse y aprovechar el momento, que sólo se disfruta una vez al año y cuya duración total es de aproximadamente una hora.

Piques y retirada

No puede concebirse la Fiesta de Tejina separada del “pique”; los tejineros se acercan a los tres Corazones con la intención de alabar el suyo y criticar a los demás. Desde que sale cada Corazón de su barrio el pique está presente y no deja de estarlo hasta que desaparecen de la plaza. El objeto no es otro que ensalzar lo propio y vituperar lo ajeno, sin más, haciendo uso del lenguaje, en ocasiones picante, pero siempre divertido y estimulante. Se entiende como normal, habitual… es lo lógico.

En una familia puede haber partidarios de cada uno de los Corazones. Las charlas alrededor de una mesa surtida de las viandas propias para la ocasión suelen derivar a “discusiones” en torno a cuál es el mejor de los tres. Al pie de los mismos ocurre exactamente igual; puedes pasar media hora con un oponente hablando de los fallos que ves del suyo, mientras que sólo ves perfección en el de tu calle, y sin embargo, un minuto después manifestarse la aprobación mutua y celebrarlo con alguna invitación.

El martes, último día de la fiesta, se congregan en la plaza infinidad de personas (muchos jóvenes) que van a escuchar y animar a su parranda. Cada barrio sube al escenario por sorteo y todos prefieren ser los últimos para poder improvisar una copla que conteste a otra o “decir la última palabra”.

Las parrandas son una parte importantísima de la fiesta de los Corazones y consustanciales a ellos. No obstante,  no son las únicas que se forman, ya que es muy frecuente encontrar muchas de ellas desde el viernes hasta el martes en reuniones familiares, ventorrillos, tascas, bares, kioskos de la plaza, etc.

La actuación de cualquiera de las parrandas de los Corazones va acompañada de los aplausos o abucheos de un público enardecido - según su sentir - pero la actitud suele ser respetuosa cuando cantan los solistas. Se cantan isas, folías y malagueñas (cuatro coplas de cada una) alusivas o no a los otros barrios o a hechos particulares acaecidos en los mismos. Los más mesurados eran los de El Pico, pero en los últimos años se han involucrado de lleno, pinchando con tanta fuerza como la Calle Abajo y la Calle Arriba. También se permite, con moderación, que se introduzcan los cantares con alguna perorata por parte de quien o quienes “lideran la parranda”, por supuesto con el fin de meterse con las otras Calles.

Una vez finalizado el pique entre las parrandas, se procede a descolgar los Corazones, proceso mucho más sencillo que el opuesto ya que éstos han sido aliviados de su peso, al no tener ya la fruta ni las tortas. Así, llevado a hombros igualmente, es trasladado de nuevo al barrio con algún niño pequeño encima (es una costumbre relativamente reciente), y muchos delante, que portan banderas del Corazón o hechas por ellos o sus padres, con el fin de formar parte del grupo. El Corazón va acompañado de personas que bailan delante de él a los sones de la parranda, que se sitúa detrás. Cada uno se desplaza hacia su lugar de origen y el Corazón se guarda hasta el próximo año. Al día siguiente se deshace y limpia, comprobándose los posibles deterioros.

Bailes de los Corazones

La costumbre de terminar el recorrido de acompañamiento del Corazón con un baile se tomó a principio de la década de los setenta, y ha perdurado hasta hoy, siendo uno de los momentos más esperados, sobre todo porque “se queman los últimos cartuchos”. Cada Comisión de Los Corazones lo organiza en un lugar: la Calle Abajo en la plaza, la Calle Arriba en la Carretera General o en un aparcamiento perteneciente a empresas del barrio y El Pico lo hace el siguiente sábado, en la plaza de la Ermita de San Isidro. Las verbenas son muy concurridas, y puesto que son simultáneas, la gente  se traslada de una a otra continuamente. Comienzan alrededor de las 3 de la tarde y finalizan aproximadamente a las 10, para dar paso a otros números de fiesta. Desde el año 2000, la costumbre ha cambiado ya que se celebra una sola verbena en la Plaza de la Iglesia cuyos gastos son sufragados por la Comisión de cada Corazón y la Comisión de Fiestas.

Cambios en el programa de la Fiesta

La Comisión de Fiestas del año 2000, apoyada por las Comisiones de los tres Corazones introdujo un importante cambio en el programa festivo. La intención de este cambio fue darle a los Corazones el protagonismo que sin duda merecen, ya que no en vano se trata de una de las tradiciones populares de mayor arraigo en Canarias. Se cambió la verbena que se celebraba el lunes a  mediodía (conocida como la verbena del agua) debido a que se había observado, por algunos desaprensivos, acciones irrespetuosas con los Corazones. De esta manera, una vez finalizado el pique la plaza quedaría ocupada sólo por los Corazones y las personas que quieran admirarlos hasta que se produzca el descuelgue (el mismo lunes alrededor de las 7 de la tarde). Además, el pique se celebró el lunes antes del descuelgue. Como consecuencia de este cambio, la retirada también se realizó el lunes por la tarde y el Baile de los Corazones por la noche en la plaza de la Iglesia patrocinado por las Comisiones de los tres Corazones conjuntamente. Con este cambio, la Fiesta de Tejina dedicaría 48 horas consecutivas de su programa a la tradición de los Corazones. En opinión de algunos fue el cambio más importante que se realiza a favor de los tres Corazones desde 1960, año en que siendo presidente D. Sebastián Gutierrez se trasladó el descuelgue desde el domingo al lunes por la tarde. Sin embargo, a partir del año 2001 el pique volvió a celebrarse el martes, y así se ha mantenido hasta el momento.